lunes, 5 de mayo de 2014

Y abrí la ventana. Todo estaba tan oscuro y tan en paz. Respiraba hondo, sentada en el alféizar y vagamente alcanzaba oír algún niño llorando, algún coche lejano. La tranquilidad de las madrugadas a solas. Las madrugadas de insomnio, a oscuras, en silencio. La habitación a oscuras, ni una vela. Ando descalza, desnuda, a tientas por las paredes, arrastrándome por el suelo buscando sin descanso la tranquilidad que existe fuera, en la calle. La tranquilidad que no consigo dentro. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

CAMINOS

Caminaba por calles desiertas, 
sin rumbo. 
Mareada por las luces, 
aterrada por las sombras
sin rumbo. 
Y no podía dejar de andar
Lloraba.
Buscaba algo que no encontraba
Algo que no conocía
Algo que necesitaba
Sin rumbo. 
Creí verlo tras muchas esquinas
Tras muchas ventanas,
Tras muchas sábanas. 
Y nada.
Corría sin rumbo
Con el vacío de mil desiertos de noche
Y el frío.
Entonces paré.
Me senté en la fría acera
Y me quedé ahí para siempre,
vacía,
sin rumbo, 
muerta. 

sábado, 18 de enero de 2014

Tiempo

El tiempo me consumía, oía la lluvia caer desde mi cama, las pisadas en la planta de arriba y dentro de mí, este agobio, este vacío y ese recuerdo vago de tu llegada con ese paraguas tuyo, de tu risa entre las sábanas y el calor de tu cuerpo sobre el mío, de  nuestras pieles ardiendo, de tu pene golpeando mi sexo. De orgasmos interminables. De repetir. De no dejar de disfrutar de nuestros sexos ardientes, de no dejar de jadear. De respiraciones entrecortadas. Y ahora en esta habitación, antes llena de gemidos solo queda silencio y frío.

Mi vecino

Mi vecino nunca le dice palabras de amor a su mujer
pasan las noches en vela
mirándose
sin articular palabra. 
Horas eternas, a oscuras.
Horas de miradas con ojos brillantes.
Horas de olerse, de sentirse,
sin tocarse
sin rozar siquiera la piel.
Pasan las horas y amanece,
los rayos de luz, tímidos, atraviesan la ventana.
Y se levantan de la cama
cubren su desnudez
Y con voz cansada,
cansada de la intensidad de las noches en vela,
se desean “buenos días”
y se despiden como extraños
hasta que las tinieblas vuelvan a la casa
y a sus almas.
Mi vecino nunca le dice palabras de amor a su mujer
pero ella, sabe que las siente. 


lunes, 12 de agosto de 2013

Quiero.

He caminado por calles empinadas, calles llanas y calles cuesta abajo. He pisado por arenas movedizas y por suelos resbaladizos como el hielo. Y ahora estoy quieta, en esta jaula oscura, sin ver, sin poder salir, atrapada en alguien que no soy yo, que me agarra con cadenas y me retiene en esta oscuridad. Quiero salir de estos barrotes, saltar y ver la luz. Quiero girar hasta marearme, marearme de alegría. Quiero sentir la lluvia en la cara. Ahora solo quiero bailar.


viernes, 19 de julio de 2013

Caminar

Miro mis pies y los encuentro cubiertos de polvo, de sangre reseca, hay alguna venda, alguna cicatriz y alguna herida aún sangrante, pero sigo caminando. A veces caminan por calles llanas. Otras por caminos de barro, donde luchan por no hundirse. A veces se encuentran con piedras afiladas que los hacen sangrar. Otras con riachuelos de agua que limpian y alivian las heridas. A veces las calles llanas se transforman en cuestas empinadas que apenas pueden subir y paran, y descansan, pero cogen impulso y siguen adelante. Pero ¿y ahora que están tan cansados? 

De vuelta.

Han sido meses de autobuses, de estar aquí y allí y en ningún sitio. Horas viendo por la ventana cómo los campos se transformaban de rojos en amarillos. Y ahora que estoy lejos, echo de menos esa tierra roja, el olor a azahar, la luz entrando cada mañana y dándome en los ojos, y tantas, tantas cosas...